martes, 3 de noviembre de 2020

Seis consejos para ser feliz en estos tiempos

 

Quizá en tiempos como los que corren necesitamos más que nunca echar mano de las herramientas que hemos ido recogiendo a lo largo de nuestra vida después de acumular vivencias y realizar lecturas constructivas. Cuanto más años tenemos, más vivencias acumuladas y más consciencia de qué nos ayuda a avanzar y qué nos bloquea y nos deja paralizados. Al menos en teoría, pues ya sabemos que estamos en momentos especiales en que almas viejas llegan en nuevos cuerpos, con recuerdos intuitivos que no necesitan buscar en lecturas ni en ningún elemento exterior. Eso sí, si se junta un alma vieja en un cuerpo ya añoso, el cóctel ofrece un componente de sabiduría muy interesante. 

Y esa sabiduría nos lleva a algunos de nosotros a rebuscar en nuestra bolsa de herramientas espirituales para encontrar algunas que siempre funcionan y que es bueno compartir:

  1. Utiliza la Gratitud: esta herramienta es semejante a un aceite que ayuda a suavizar todas las piezas de tu vida. Si te levantas por la mañana y enfocas tu atención en dar las gracias por lo primero que se te ocurra, por ejemplo estar vivo en vez de tirarte de la cama como un zombi buscando el móvil a ver si tienes algún mensaje de whatsap o si alguien te ha dado un Like en Instagram, tu día va a ser diferente. Y va a serlo porque detrás de ese motivo de gratitud van a venir otros, que te costará muy poco encontrar, por los que dar las gracias. Lo que ocurre es que como están ahí siempre, te has acostumbrado a ellos y crees que siempre van a estar ahí ( aunque la pandemia ha venido a enseñarnos todo lo contrario):  el cielo , el sol que brilla, las nubes , el agua de lluvia, el avión que pasa, los pájaros que cantan,.. Y cuando entras al baño das gracias por el agua corriente, la calefacción, la cisterna, la ducha vigorizante, la toalla limpia... Al vestirte as las gracias por la ropa planchada, las manos que te visten, las piernas que te sujetan,  la vista que te permite saber dónde está  cada cosa... Y así vas sumando y sumando todo lo que a lo largo del día vas a utilizar : tu coche, el transporte público, la acera, la carretera...; las personas con quien vas a contactar: familiares, compañeros de trabajo, conductores del transporte que utilizas, desconocidos que te sirven un café ,... Parece mucho, pero si te acostumbras, lo puedes hacer en unos minutos y después tu día comenzará a desarrollarse a su ritmo, pero con otro tono, más  que en los habituales colores  blanco y negro, tamizados por los problemas y los juicios que hacemos de ellos. Luego, a lo largo del día, cuando se te ocurra, puedes seguir dando las gracias por todo lo que  se te vaya ocurriendo. Notarás la diferencia.


  2.  Así que la siguiente herramienta, es evitar emitir juicios. Es como un desatascador de emociones. Cuando te entretienes enjuiciando todo lo que te ocurre, te vas atascando poco a poco hasta el punto de quedarte totalmente bloqueado. Tu mente funciona como un imán para lo negativo, así que una vez comienzas el proceso de emitir juicios, o eres consciente  de ello y le pones freno o es un círculo vicioso del que es difícil salir. Por ello, cuando te "pilles" juzgando algo aplica el refrán de "No dejes para más tarde lo que te va a venir mejor hacer ahora mismo" ( redefiniendo el conocido  "No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy") , es decir, ponte a la obra inmediatamente y re-elabora el pensamiento que has tenido, intentando cambiarlo por una frase afirmativa que no implique que das una opinión negativa. Por ejemplo, si has pensado: "No aguanto a mi marido. Siempre se deja la toalla sin colgar", cambialo por: " Vuelve a estar la toalla sin colgar. Luego le vuelvo a recordar a mi marido que es mejor que la cuelgue para que se seque bien". O algo similar. Otro ejemplo. Si te has dicho: "No tengo ganas de ir a trabajar. Ayer tuve un día horrible", intenta un cambio como: "Hoy voy a tener un buen día en el trabajo, Estoy seguro de que todo va a ir muy bien", sin hacer alusiones a lo que ocurrió el día anterior. Basar el día de hoy en lo  negativo que pasó ayer es la mejor manera de empezar el día con mal pie. Y durante todo el día intenta no emitir juicios, aunque te darás cuenta que lo hacemos constantemente , pues hemos acostumbrado a nuestra mente a ello. Por eso nos toca ahora desaprender lo aprendido. ¿Y te digo un secreto? Cuando dejas de juzgarlo todo sientes una liberación enorme, como si te despojaras de una mochila llena de piedras que te acompañara desde hacía tiempo y te robara toda la energía.
  3. Sonríe: cuando te esfuerzas en emitir una sonrisa , aunque sea de manera forzada, transmites un mensaje a tu cerebro muy positivo. Le estás diciendo que todo va bien, y enseguida comienza a soltar por todo el cuerpo todo tipo de hormonas y sustancias que contribuyen a tu felicidad y a que sonrías más. ¿Absurdo? Está demostrado científicamente. Haz la prueba. "Al mal tiempo buena cara" significa que tú tienes el poder de sobreponerte a los acontecimientos, sean los que sean. Además serás consciente de que  atraes buenas energías, aunque ya están aquellos que piensan que el que te sonríe mucho o es tonto o quiere engañarte. Eso es un prejuicio, y es un problema suyo, no tuyo. Esta herramienta sería como un  paño pulidor que da brillo y luz a todo, sacando lo mejor de cada objeto, persona y circunstancia, dando luz a lo que está escondido bajo una capa de oscuridad .
  4. Perdona: sé compasivo. Intenta comprender que cada uno de nosotros hace lo que puede con su grado de conciencia. Esto te ayudará a no juzgar y a comprender que en algún momento tú te has encontrado  o te puedes encontrar en una situación parecida. Los demás son un espejo a gran escala de nosotros  mismos. Pero no caigas en la tentación de juzgarte a ti mismo. Eso sería aún peor. Hacia ti necesitas mostrar siempre aceptación y perdón incondicional. Si no, aparece la culpa, que es  la fuerza más destructiva que podemos encontrarnos, además del miedo. Así que perdona, sobre todo a quien te está pidiendo perdón, haciendo un esfuerzo por recibir de ti lo que a lo mejor no sabe darse a sí mismo. Esta herramienta equivaldría a un reparador de arañazos, que lo deja todo como si nunca hubiese pasado nada.
  5. Y por último, elimina la culpa de tu vocabulario interno y externo. Si es necesario investiga dónde está la raíz de esa culpa que sientes, reconócela y sánala. Es la fuerza más autodestructiva con que cuenta el ser humano. Y por supuesto, evita culpabilizar a otros constantemente. Primero porue a lo mejor estás derivando tu propio sentimiento de culpa hacia otros para liberarte de tan pesada carga, y esto es muy injusto, Pero también si tiendes a hablar a los demás en términos de quién tiene la culpa o no de lo que ocurre a tu alrededor. Es mejor hablar de responsabilidades, de causas y efectos, pero sin hacer sentir mal a nadie. La culpa se pega a quien la recibe como una masa oscura y pegajosa que va impregnando todo lo que toca hasta extenderse y volverlo todo sucio y oscuro. Por eso necesitamos una herramienta que sea como un estropajo limpiador que no raye, y que lo deje todo como nuevo. Ese estropajo tipo "nanas" es el AMOR.
  6. Practica el Amor Incondicional, sé agradecido, evita emitir juicios, sonríe, perdona y libérate de la culpa. Comienza por hacerlo contigo mismo para luego empezar a aplicarlo con los demás. No se puede dar lo que no se tiene, así que sé generoso y comienza a darte todo lo que te mereces. Olvida la creencia de que si lo haces estás siendo egoísta. Si lo haces estás siendo un humano feliz, y eso es lo que el planeta está necesitando como agua de lluvia para que crezcan  esos maravillosos árboles que somos cada uno de los seres humanos, enraizados en la tierra y creciendo hacia el cielo, capaces de llenar nuestro planeta de ese oxígeno de vida que tanto necesita.

Namasté