viernes, 13 de marzo de 2015

¿Qué es el hombre?



Esta importante pregunta se la ha hecho el ser humano a lo largo de toda su historia, porque, en verdad, el  hombre es un misterio para el hombre. Por ello todas las corrientes filosóficas han intentado responderla según su perspectiva, y según en la época histórica en que surge cada una de ellas.
                                                    


Personalmente creo que el ser humano es una creación  de un Ser Superior que tiene como meta evolucionar y perfeccionarse a sí mismo superando sus propias limitaciones.
El hombre nace repleto de imperfecciones pero con la capacidad de superarlas.  Son imperfecciones aquellas emociones que nos provocan las diferentes situaciones de la vida, pues lo importante no es el problema que podamos tener, sino cómo vivimos y cómo nos afecta dicho problema.  Por ello el reto es identificar y trascender esos sentimientos, utilizando las capacidades innatas que poseemos. El problema es que la mayoría de los humanos se muestran ignorantes de tales capacidades y viven sin comprender cuál es su verdadera naturaleza. La sociedad, conjunto de seres humanos con creencias muy diversas sobre su origen y destino en el planeta, ha creado toda una red de creencias que nos limitan y nos llenan de dudas cuando intentamos avanzar en el sentido del descubrimiento positivo.
Al hombre se le puede observar desde diferentes perspectivas, porque es tan complejo que abarca varias dimensiones: física, psicológica, espiritual,… y todas ellas forman el ser más perfecto que existe sobre el planeta Tierra. Esta visión, sin embargo, no es compartida por la humanidad en general. Dentro de la complejidad del ser humano y de su libre albedrío, surgen diferentes interpretaciones y maneras de entender  esta cuestión, apoyadas por diferentes ideologías, religiones y sistemas de pensamiento, algunas radicalmente opuestas entre sí.
La primera dificultad estriba en conciliar la idea de que el hombre tenga un creador, el cual puede entenderse como una entidad o energía creadora, depende de las corrientes  espirituales o religiosas que lo aborden. Pero otras ideologías lo rechazan completamente.
Por otra parte, muchas corrientes de pensamiento no consideran que el ser humano tenga ninguna misión concreta. Nace, como nace una flor en el campo o un león en la selva. Es ley de vida, y nadie se va a preguntar por qué o por qué no. Ocurre porque el ciclo de la vida funciona así.
Que el hombre nace lleno de imperfecciones  tanto físicas como psíquicas es evidente, y muchas religiones nos recuerdan  nuestro estado de pecadores desde que nacemos, mostrándonos actitudes correctas para salvar la situación en vida. Otras corrientes consideran al ser humano un ser superior, pero depende de en qué zona del mundo nazca o de qué color sean sus ojos y su piel. Teorías para todos los gustos que sólo crean diferencias entre unos seres humanos y otros pero no dan una  única respuesta, cuando debería haberla, pues todos somos  de la misma naturaleza.

                                                   


El hombre es una creación tan perfecta, que es imposible que sea una casualidad. Algunas corrientes filosóficas mantienen esta tesis, pero raya en lo absurdo, porque, ¿quién puede creerse que todo lo que existe en nuestro planeta, incluido el hombre, sea  fruto de una casualidad? Más aún si se tiene fe en una Conciencia Superior, creadora de todo lo existente con una finalidad que, eso sí, escapa a nuestra comprensión humana.
Pero, realmente, como cuentan algunas historias en Oriente, si el ser humano no tuviera delante de sí ese misterio, el de su propio origen y finalidad, se habría parado, habría dejado de evolucionar, cuando con toda seguridad ha sido creado precisamente para eso, para seguir avanzando y alcanzar su meta: llegar a ser lo mejor que puede llegar a ser como ser humano.
¿En qué consiste ese ser mejor? En desarrollar todas las cualidades positivas que posee, todos los valores que le hacen crecer, como son la bondad, la honestidad, la sinceridad, la libertad, y todos los valores que le hacen mejor como persona y ayudan a que todos sus iguales sean también mejores. La  meta es vencer las características humanas que más le alejan de ese fin, como son la ira, el orgullo, la envidia, el odio, y tantas emociones que llevan al hombre, individual y colectivamente, a la infelicidad.   
En la Grecia clásica, los filósofos recomendaban el famoso: “Conócete a ti mismo”, como clave para conocer el mundo, y en verdad esa es la manera de andar nuestro camino, un camino que puede llevar toda una vida, pero un trabajo que, a pesar de ser hercúleo, da sentido pleno a nuestra existencia. Vivimos inmersos en un mundo tan complejo que nos cuesta comprendernos a nosotros mismos y distinguir todas las partes que nos componen.   No conocemos realmente nuestra verdadera naturaleza y dudamos de estudios que nos presentan al hombre como un complejo conjunto de características psíquicas y espirituales. Tendemos más a creer los razonamientos que nos vienen de fuera que aquellos que sentimos en nuestro interior. El problema es que en el exterior hay tantas creencias como seres humanos han poblado el planeta, mientras que nuestra creencia es nuestra, genuina, auténticamente nuestra. 

                                             


Por lo tanto, “¿Qué es el hombre?”, es un misterio para sí mismo, un  profundo misterio gracias al cual se esfuerza cada día en encontrar el camino para seguir avanzando, siempre y cuando, claro, sea consciente de la grandeza que se esconde dentro de sí mismo. Si se ha convencido de las teorías de quienes opinan que el ser humano es una casualidad sin sentido que no debe creer más que en aquello que le muestran sus sentidos, se encontrará alienado, deprimido y dejando pasar los días de su triste vida sin encontrar un sentido ni a los mejores momentos que le parezca estar viviendo, que se le escaparán entre los dedos como la fina arena del desierto, para quedarse  sin nada , con las manos vacías, intentando asir un significado  que no logra alcanzar porque se ha confundido de camino, se ha parado ante la vida, y ha dejado de buscar. Ha dejado que otros opinen por él, y le han despojado de uno de los mayores bienes del ser humano: la capacidad de buscar y encontrar la respuesta a la gran pregunta de quién es él realmente.



domingo, 8 de marzo de 2015

Canalización del 8 de Marzo de 2015



Buenas noches, amados y queridos seres humanos. El enfoque de esta canalización va a ser dirigido a las mentes que estén preparadas para recibir el mensaje. En su trasfondo hay una energía impregnada que aquel que esté preparado para ello, recibirá.

Esta comunicación es para informar al querido ser humano que no termina de curarse de lo que él llama un resfriado, una gripe. Le parece que últimamente “no levanta cabeza”, y está cansado ( hablamos en sentido general, tanto para hombres como para mujeres). Pero lo que venimos a decirle es que lo que está sufriendo es una mutación en su ADN, y que para ello, su cuerpo tiene  que ajustarse a la nueva vibración que necesita a partir de ahora. Unos han llegado hasta aquí, de forma inconsciente, pareciéndoles que no han hecho nada para merecerlo, pero en otro plano, han estado trabajando duramente, en el plano de su Yo Superior, con la ayuda de sus guías.

Estamos felices de poder compartir con vosotros esta información, que hará bailar vuestras células de pura alegría y reconocimiento, pues a nivel celular  les está resonando todo lo que están ustedes leyendo.

Las familias que han padecido esta “gripe” de forma más intensa son las que han decidido dar el paso antes, pero toda la humanidad va  a seguir el mismo camino. Llegado un número crítico de seres humanos, se dará un salto cuántico en la existencia de todos los seres  humanos y se conseguirá acercar el Cielo a la Tierra.

No hay un momento determinado, pero el proceso ha comenzado. Las energías de la oscuridad se rebelan, luchan por permanecer, pero la Luz llega a todas partes, de forma implacable.

Cuídense para alcanzar y  mantener esa alta vibración, mantengan sus cuerpos lo más limpios posibles. Para ello:
·         Beban mucha agua, si es posible sin cloro.
·         Tomen alimentos sencillos: semillas, frutas, verduras crudas, caldos, legumbres, aceites de semillas y frutos secos sin salar.
·         Eviten los lácteos y los estimulantes en general.
·         Alimenten su mente con pensamientos positivos, luchen por evitar que la negatividad les domine.
·         Eviten las personas y circunstancias que les contaminan con su negatividad.
·         Confíen en su intuición y escuchen lo que el cuerpo les pide en cada momento.

Hagan todo esto durante 7 días , e intenten que se convierta en una norma en sus vidas, y realmente ayudarán a su ser a alcanzar y mantener el nivel necesario para que los cambios se instalen en ustedes.

Hay más capas en el ADN de las que reconoce la ciencia institucional. Están empezando a desarrollarse aunque los científicos no las reconozcan porque no las captan con sus cinco sentidos, pero están desplegándose ante los ojos de todos aquellos que pueden ver.


Estén preparados para el cambio. El proceso ha comenzado.