VIAJE A STONEHENGE 7-7-2016
Cada año,
cuando acaba la Semana Santa, comenzamos en casa a planificar nuestro viaje de
verano. A veces lo tenemos pensado con antelación,, pero otras veces
aprovechamos el descanso vacacional para decidir en familia dónde nos apetece
ir y para cuadrar fechas, que no es fácil entre cuatro adultos.
No es
sencillo convencerme para hacer un viaje en avión, prefiero los viajes en
coche, así que imaginad la sorpresa familiar cuando les digo que siento que
tengo que ir a Gran Bretaña. Mi marido me mira asombrado y me dice que le
encantaría, pero que nunca quiero hacer viajes de ese tipo. No sé por qué, pero
algo me tira hacia Reino Unido, y cuando empiezo a informarme del viaje, siento
que tengo que ir a un sitio en concreto: Stonehenge.
Busco en
Internet qué significado tiene ese
lugar, y encuentro explicaciones
esotéricas, relacionadas con hechicería, druidas y tradiciones celtas. Y
empiezo a organizar el viaje con el contento de mis familiares , que no se
explican tanto entusiasmo. Unos días antes de partir descubro que en ese lugar
se festeja anualmente el Equinoccio de primavera.
El viaje lo
organizo para ir a Londres, con una excursión de un día a Stonehenge.
“La construcción de este imponente conjunto empezó
hace cinco mil años y fue abandonado mil quinientos años después; todavía no
sabemos por qué se edificó ni las razones que llevaron a su olvido.
La alineación de Stonehenge con el solsticio de verano permite concluir que se debió levantar para acoger una actividad ritual
o festivales estacionales relacionados con la observación del Sol y
posiblemente de la Luna. Es probable que estas ceremonias representasen ideas
sobre la fecundidad, la vida, la muerte y el Más Allá. Sin embargo, puesto que
su construcción comprendió más de 1.500 años, su significado pudo cambiar con
el paso del tiempo.”
“Stonehenge es un lugar de poder por excelencia.
Tradicionalmente se creyó que las piedras tenían poderes curativos que
transmitían al agua y con ella se podía sanar a los enfermos. Se asoció el
círculo con los druidas, pero en
realidad ellos no hicieron sino utilizarlo para sus rituales cuando lo
encontraron. Descendientes de aquellos sacerdotes han rescatado y recuperado
algunos rituales que llevan a cabo en lugares como Stonehenge. Tocan arpas y
trompetas al amanecer, queman inciensos, utilizan muérdago y hojas de roble y
cantan sus rezos aprovechando la energía que emana de esas piedras curativas.
Pero,
¿por qué se dice que es un lugar de poder? En primer lugar, la disposición en
forma circular entraña un significado esotérico y oculto, el círculo es un
espacio de protección y el anillo es un símbolo de poder. El círculo separa lo
sagrado de lo profano. Pero además hay dos grandes hileras de piedras, que
están colocadas en forma de herradura, lo cual simbolizaba la luna menguante.
El círculo era el sol y la herradura la luna.”
Como el Solsticio de verano, también se celebra allí el Equinoccio de primavera,
simbolizado por la energía de Ostara, de la cual no he sido consciente que
volvía a guiarme hacia mi misión allí hasta
ayer, 11 del 11, número mágico para mí, que me acompaña siempre y me
abre caminos de sabiduría. Por qué no lo he relacionado hasta ayer, no lo sé,
pero quizá tampoco estaba abierta a dicha información, dedicada como he estado
a otras tareas.
Lo cierto es que en
Londres comencé a notar una energía diferente a la de mi país. Durante dos días
sentí cierto mareo, que también compartía con mi hija, a diferencia de mi
marido e hijo, que nos miraban como pensando: “Ya están con sus cosas”. Pero yo
sentía que nos estaban preparando para “algo” .
Le comenté a todos que
sentía que tenía que ir a Stonehenge a cumplir una misión especial, pero no
sabía cuál. Lo sabría al llegar allí, donde sería guiada en todo lo que tenía
que hacer.
Cuando llegamos, sentí
la fuerza del lugar. Era increíblemente bello y tranquilo a pesar de la
cantidad de gente que se hacía fotografías constantes con la construcción de
fondo. Extendí mis manos a los lados sin llamar mucho la atención y comencé a
respirar lentamente, conectando con la energía del lugar. En seguida ví un tubo
de luz transparente y enorme que cubría todo el círculo de piedras de la
construcción. Tenía letras y símbolos escritos en las paredes que estaban en movimiento. El trabajo
consistía en ayudar a que llegaran
energías sanadoras al planeta a través de ese canal de luz. Era una
puerta interestelar que lleva aportando energía sanadora al planeta durante
cientos de años, y ahora se necesitaba un empuje extra de la misma. Mi nombre
quedó grabado en sus paredes, pero no mi nombre terrenal, que es Elena y
significa Luz, sino el nombre de mi
alma, que todos tenemos pero no todos conocemos. Mi hija también me ayudaba,
con sus manos extendidas, aportando
energía y paz a la escena.
A la vez, tuve la
certeza de que en otros lugares del mundo donde existen puertas estelares,
estaba ocurriendo lo mismo. El planeta estaba siendo imbuido de luz para vencer
la oscuridad que está luchando por hacerse con el poder como en otras ocasiones
en la historia de Gaia. La ayuda de aquellas personas que podemos hacerlo de
una manera consciente era necesaria.
El día de la excursión
era el 7 del 7, y no escogimos nosotros el día. El siete es símbolo del pensamiento, la espiritualidad, la conciencia, el
análisis psíquico y la sabiduría.
El 7 es considerado un número mágico
porque se compone del sagrado número 3 y del terrenal número 4 estableciendo,
así, un puente entre el cielo y la tierra. Si asociamos el número 4 a la tierra
con sus cuatro elementos y sus cuatro puntos cardinales, con el sagrado número
3 que simboliza la perfección, llegamos al número 7, que representa la
totalidad del universo en movimiento.
“El
número siete -dijo Hipócrates- por sus virtudes ocultas, tiende a realizar
todas las cosas; es el dispensador de la vida y fuente de todos los cambios,
pues incluso la Luna cambia de fase cada siete días: este número influye en
todos los seres sublimes”.
La
misión estaba cumplida, gracias a la guía de Ostara, que de alguna manera me
hizo sentirme atraída hacia su tierra de origen. No existen las casualidades,
así que la fecha del 7-7 fue una más de las sincronicidades que llenan mi vida.
Respecto
a los mareos, desaparecieron por completo, y pudimos disfrutar con salud y
alegría del resto del viaje, que fue absolutamente maravilloso y recomendable,
pues tanto Londres como Oxford y todos los lugares que visitamos nos
demostraron que esa tierra es cuna de tanta creatividad y buena literatura por
obvias razones que pudimos constatar día tras día.