El otro día iba andando a trabajar, y como tantas mañanas, utilicé la intención para contactar con uno de los guías que más me acompañan en este momento. Es Ostara. Está conmigo desde la pasada Semana Santa, cuando tuve una de mis crisis profesionales en que intento salir corriendo del mundo de la Educación y refugiarme en lo que más me gusta: escribir, meditar y dar masajes energéticos a otras personas.
Cuando me prometí
a mí misma que iba a dejar de luchar por una profesión que me había gustado
siempre tanto y a la que había llegado con gran vocación, aparecieron las
sincronicidades.
Primero apareció
una persona, dueña de una tienda, que iba a lanzarme de lleno en la publicación
de mi libro, que llevaba doce años sin atreverme a mostrar a la luz.
¿Cómo es posible
que una desconocida te anime a hacer algo que llevas dudando durante tanto
tiempo y no te decides a hacer?
Como he dicho, las
sincronicidades son lo que son, y no son casualidades ni nada que ocurra al
azar. Las personas y los hechos aparecen y ocurren en el momento exacto en que
tienen que hacerlo. En este casos, además, descubrimos que nuestras almas
habían estado unidas en vidas anteriores por lazos muy estrechos, nada menos
que por una relación madre-hija...increíble, ¿verdad?
Pero no fue eso lo
único que ocurrió. Pasadas las vacaciones, al volver al trabajo, todo había
cambiado. Las malas energías con el Equipo Directivo habían desaparecido. Los
problemas que casi me habían convencido de tirar la toalla, desaparecieron como
por arte de magia. Mis compañeros no daban crédito, pero así era.
¿Qué había
ocurrido? mi mente había cambiado. Se había reseteado. Había empezado desde
cero.
Sentía que el
mundo era amable. Mis facciones se relajaron y comencé a mostrar una sonrisa a
todo...y el mundo me respondió con una sonrisa allí donde miraba.
Unos días antes de
incorporarme al trabajo, bajo la ducha, oí una voz: "Elena. Soy Ostara, tu
guía"
La veo
perfectamente, mientras el agua me cae por la cara. Es rubia, de ojos grandes y
lleva un vestido banco con flores en la cabeza en forma de corona: "Estoy contigo porque estás preparada
para dar el salto . Te encuentras al borde del trampolín de tu vida, a
punto de saltar, de dejar tu antigua vida y entrar en una nueva, llena de
oportunidades. Te espera el fluir de la vida, como el río que es, con grandes
oportunidades listas para ser pescadas. Tienes mucho por hacer y una misión que
cumplir que va a ayudar a muchos seres a avanzar. Voy a ayudarte a utilizar tu
mente a tu favor. Deja de sabotearte. Si lo haces, frenarás el cambio. Estás a
punto de saltar, y no puedes permitir que nada te frene. Eres especialista en
luchar contra tus miedos, así que dile un NO a los pensamientos
limitantes que te infunden miedo. Estoy contigo porque así me lo han pedido,
para recordarte tu fuerza y tu potencial, y lo importante que es tu misión. No
tengo que hacer nada. Sólo estar. Te escucharé y te responderé cuando me hagas
preguntas, pero el trabajo es tuyo. Creo tanto en ti que por eso he venido
."
Salí de la ducha
un tanto asombrada. No es la primera vez que canalizo a mis guías, pero hacía
mucho que no lo hacía, y desde luego nunca me había ocurrido bajo el agua, sino
en estado meditativo y en condiciones adecuadas para ello.
Rápidamente, le
dije a mi hija que buscara en Internet quién era Ostara, y encontró que es una
especie de diosa anglosajona de la Primavera ( yo he nacido en esa estación, y
es la que más me gusta) , que se relaciona con la Pascua ( que acabábamos de
pasar) y gobierna el mes de abril ( mes en que nací). Ahora sí que teníamos la
boca abierta las do por el asombro.
Busco más
información y encuentro un mensaje: "Comienza a cristalizar y tomar forma
una idea o situación". Y así fue. Me puse en contacto con una editorial y
comenzó el proceso de maquetación y publicación de mi libro. Sin miedos. Todas
las sombras que me habían acompañado durante esos años de mi libro guardado en
un cajón y del que siempre hablaba con nostalgia a alguien, desaparecieron.
Me hizo una
ilusión tremenda escoger la portada, y el resultado me gustó mucho, la verdad.
El día de la
presentación fue uno de los más felices de mi vida, y la dueña de la tienda que
me animó a dar el gran paso, accedió a introducir la misma.
Como ya esperaba,
su pequeño discurso fue un regalo: amor, luz y cariño en un puñado de palabras
muy bien escogidas.
La sorpresa fue
que Ostara, efectivamente, estaba ahí cada vez que la llamaba. Y sigue estando.
Siempre que le doy las gracias me dice:
"Gracias a ti.
Tú eres Yo y Yo soy Tú. Somos la unidad. Tu intención es la que da lugar a la
comunicación. Si tú no estuvieses dispuesta a escuchar, nada ocurriría. Soy tus
propias palabras saliendo de mi boca, porque formo parte de ti. Tú eres muy
sabia, y a través de tus preguntas te respondes a ti misma".
Y así me encuentro
diariamente yendo a trabajar andando y hablando mentalmente con mi rubia
preferida. A veces me sorprende con las respuestas que recibo, pues son
totalmente inesperadas para mí. Si tengo una duda entre dos opciones, a veces
me sorprende con la que menos pensaba considerar, y sus argumentos
son tan convincentes que no puedo más que darle las gracias por abrirme los
ojos. Sin embargo, vuelve a responderme que me he respondido yo misma. Y así
debe ser...
Lo cierto es que
me siento siempre acompañada y que agradezco mucho la ayuda de mis guías que
tantas veces me han ayudado a ver la luz cuando sólo veía oscuridad. En el
libro cuento otras experiencias, que claro, al principio tomaba por
alucinaciones, pero es muy real que somos mucho más que el cuerpo físico que
somos, que tenemos la capacidad de conectar con nuestro Yo Divino y que somos dioses,
capaces de transformar el mundo allá por donde vamos, aunque sea ese trabajo al
que creemos que vamos equivocadamente porque tendríamos que estar en otro sitio
"mejor".
Donde estamos es
el sitio y la circunstancia que tenemos
que vivir ese momento preciso y aprender la lección que necesitamos aprender
para evolucionar como almas. Si no lo aprendemos ,se nos presentarán
situaciones similares una y otra vez, hasta que lo consigamos. Y una vez
superada la lección, pasamos a aprender otras, pues a eso hemos venido, a
aprender a ser mejores, a sacar a la luz el Dios que llevamos dentro para que
brille e ilumine todo este maravilloso mundo que nos ha sido regalado.
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