A
veces la vida le viene a uno con todo su ímpetu y no se siente con fuerzas para
sujetarla. Así me he sentido yo este año (lo que va de él) , y eso que estaba
avisada por los astros desde diciembre de 2016. Tengo la costumbre de consultar
a finales de cada año lo que nos espera
astrológicamente para el siguiente, y
siendo 2017 un año de profundos cambios, es para el signo de Aries, en el cual
nací, y en el segundo decanato, en el cual también nací, donde se iban a dar
los cambios más profundos.
Sin
embargo, no ha sido hasta junio, cuando he caído en la cuenta de esta
predicción, estando ya inmersa en una vorágine de cambios tan tremendo que me
tenía postrada en casa con una contracción de cuello tan intensa que me impedía
ir a trabajar y hacer vida normal.
Eran
tantos los cambios y tan seguidos, que me contraje literalmente intentando,
imagino, protegerme de algo. Algunos cambios eran buenos, como la venta de una
casa que llevábamos intentando vender desde hacía muchos años y se vendió en
menos de un mes; otros no tan buenos, como el fallecimiento de un familiar muy
querido o el anuncio de que había que operar a mi marido.
Lo
único que era capaz de hacer era observar y apuntar un cambio tras otro
acumulando estrés en mi cuerpo, hasta que desembocó en la contractura que vino
a empeorar las cosas, porque fue muy dolorosa.
Por
fin llegó julio y siguieron los cambios. Por primera vez parece que mi destino
profesional no va a depender de mi elección sino del destino, y además me roban
la cartera (no me había pasado en la vida). Tuve que renovar todos mis
documentos, perdí fotografías, dinero, …
y podría haber sido peor, me dicen todos, porque no me enteré de nada. El
sentimiento de frustración me duró dos semanas. Y el carnet de conducir, como es
verano, está colapsado, y llevo un mes sin poder coger un coche, con lo que
ello supone.
Bueno,
pues ha llegado el momento de ponerse a pensar el por qué y para qué de tanto
cambio. Quedé con una amiga y cuando le enumeré todo lo que me había pasado de
abril a julio no se lo podía creer. Pero
yo ya tenía una teoría desde hacía tiempo, que no podía contarle.
Si
había existido una característica común en todo ese tiempo era el hecho de ver
el número 77 por todas partes. Los números me fascinan, pero el 7 nunca se ha
contado entre mis preferidos, así que tardé más de tres meses en buscar lo que
significaba tanto 7 en parejas. En cuanto salgo a la calle veo entre 5 y 10
parejas diarias, sobre todo en matrículas de coches. Hay días que veo 10, y más
si voy de viaje por carretera. Es una fatiga total.
Busqué
en el artículo que colgué en este mismo blog titulado “Numerología Angélica” y
encontré el significado:” El 7 es el número más importante del Universo , ya
que representa el cambio.77, 777 ó
7777 – ¡Los ángeles te aplauden! Felicidades,
¡estás en el camino! Sigue haciendo un buen trabajo y sabe que tu deseo está
haciéndose realidad. Este es un signo extremadamente positivo y significa que
también deberías esperar que ocurran más milagros.”
Así que empecé a ser consciente de que los
cambios eran reales y tenían un sentido, aunque hasta ahora he sufrido más que
disfrutado con ellos. Por ello decidí consultar mis cartas del oráculo de las
Hadas, y el mensaje es: “El cambio te desafía a que lo sigas. Aunque la tarea
sea difícil, se darán cambios beneficiosos, y si se acepta con valor, te
desarrollará sin medida.” Y una segunda carta: “Nuevo e inminente comienzo.
Convierte en realidad lo que es importante para ti, en armonía con tu interior.
Si te resistes, vivirás el nuevo comienzo como algo fatal a lo que hay que
resignarse. Si lo aceptas, te llevará a través de las adversidades de un nuevo
comienzo.”
Maravilloso. Sobre el papel queda muy bien,
pero qué difícil. El día que supe mi nuevo destino se me hizo un nudo en la
garganta, de frustración y de rabia. Erala primera vez que no me daban lo que
pedía y además lejos de casa. La injusticia me hizo reclamar para conseguir el
mismo resultado, pero ahora más lejos. Empecé entonces a escuchar mi interior y
recordarme que en el fondo no me era tan ingrato el cambio. Aunque yo no lo hubiera
pedido tan drástico ni tan inesperado, y menos en un año de tantos cambios
incómodos.
Pero ahí está. Seguro que me aporta más
felicidad de la que soy capaz de ver ahora.
Hoy, sin embargo, he tocado fondo. Me he dado
cuenta de que voy arrastrando una maleta llena de disgustos y la risa, tan
habitual en mí, escasea. He meditado y he sentido que era importante escuchar
las palabras de Kryon, así que he entrado en You tube y he escuchado las dos
primeras canalizaciones que aparecían. Y me han encantado: “Cambio inesperado”
del 23 de marzo de 2017 y “Nueva memoria Akhásica” del 27 de julio de 2017. Os
las recomiendo. Aquí os dejo los enlaces:
Todavía quedan cuatro meses y medio de año, así
que imagino que seguiré viendo el número 7 por todas partes. Si dejo de verlos,
será señal de que la etapa ha pasado, espero que dando lugar a otra más tranquila
donde pueda asimilar tanto en tan poco tiempo. Dicen que es síntoma de estar
muy avanzado espiritualmente el vivir muchos cambios, pero de verdad, no hay
que pasarse.
Yo por si acaso, me compré un billete de
lotería con ese número. Me lo robaron con la cartera, así que fui inmediatamente
a comprar el mismo número, para que si toca, repartamos felicidad y disfrutemos
todos con ella.
Ahora vuelvo a irme de vacaciones. Desde abril
nos propusimos ir a Lisboa, pues mis hijos no lo conocen , y comuniqué a mi
familia que deseo visitar Fátima, aunque no esté muy cerca. Siento que algo me
llama a ir. Ya estaba todo el viaje organizado, y a principios de julio me
llega un mensaje del equipo de Kryon, que va a visitar Fátima a finales de
agosto porque es un centro de energías muy potente . ¡No me lo podía creer,
pero doy las gracias por las benditas sincronicidades que vivo a cada instante!
Un abrazo , feliz verano, y que disfrutéis de
los pequeños cambios que se den en vuestra vida, ¡que podrían ser muchos más de
los que os han tocado vivir!
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