Con la ayuda de las fuerzas angelicales del Rayo Verde, dirigidas por el Arcángel Rafael vamos a meditar para sanar nuestro cuerpo físico, pero también el mental, emocional y espiritual, y así ser un faro de luz para nuestros semejantes y nuestro planeta. Desde el espacio de quietud que nos aporta la sanación, conectaremos con los tonos de la creación y nos uniremos a la orquesta de todo lo creado, vibrando en armonía con la Luz que proviene de la Fuente Creadora:
A todas aquellas personas que estáis iniciadas en Reiki, os animo hoy a que utilicéis vuestro potencial. En el momento en que recibís la primera sintonización, obtenéis la capacidad de enviar energía sanadora que llega a vosotros para sanaros a vosotros mismos, a otras personas, animales, y con las siguientes sintonizaciones podéis sanar a distancia, circunstancias, vidas pasadas,...
En momentos como estos eres muy necesario/. Un día decidiste abrir tus canales para recibir de forma directa y ampliada la energía de la Fuente Creadora, y es ahora un momento de especial necesidad de tu fuerza y tu intención. Sólo tienes que dedicar unos minutos al día a recogerte en tu interior y enviar energía sanadora a través de tus manos hacia las personas y lugares que necesiten sanar en estos momentos, tanto mental, como física, emocional y espiritualmente.
Necesitamos un descenso del número de fallecidos, del número de infectados y del número de días para que termine la cuarentena. Puedes escribir estos deseos en un papel, con una fórmula parecida a esta: "Yo, .......... (escribes tu nombre con dos apellidos y lo repites 3 veces), pido al Universo y a la Fuente Creadora que .......... ( escribes el nombre de la persona, personas, circunstancias, países,...) sane y recupere su equilibrio natural, basado en la armonía y la felicidad. Todo esto pido por el bien de todos y bajo la Gracia perfecta. Gracias Fuente Creadora, que ya me oíste,"
Si no estás iniciado en Reiki también puedes hacerlo, enviando tu oración a la Fuente, llamándola de la forma que estés acostumbrado a llamarla. Puedes en tu caso decirlo en voz alta o mentalmente. Siente que ya se ha cumplido y entonces deja ir tu deseo. Confía en que el Universo se ocupará de ello.
Gracias por tu gran ayuda.
Bibliografía consultada: La fuerza divina de los ángeles, Jeanne Ruland. Ed. Edaf.
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